La semana pasada almorcé con mi amigo quien trabaja en la universidad. Pronto él se retirará de su empleo en finanzas y comenzará la escuela de cocina. Me dijo de su ministerio voluntario a la Catedral de San Marcos con comida y discusiones pasadas sobre un café allí. Mi mente empezó a girar. Si conseguimos un contrato con la catedral para un café en el espacio a lado de su libreria, los empleados y miembros tendrán servicios de un café cercano. También, cualquier persona de la comunidad sería bienvenida para disfrutarla.
Al principio de nuestra propuesta a la Junta Directiva de la iglesia explicaremos – “Con el café comercio justo y música del mundo en vivo, centraremos nuestros esfuerzos que contribuyan a destacar las culturas que nos rodean.”
Para esta empresa, uno necesita un capellán, un jefe y un curador de la música. Yo conozco un capellán posible. Él sueña con ser un sacerdote y habla español e inglés con fluidez. Además mis hijos, una cocinera y un músico, podrían ser voluntarios en un café. Si trabajamos con un comité de consejo que incluye líderes de negocios comunitarios, encontraremos buenas personas para estos trabajos. Quizás mi amigo jubilado ofrecerá su consejo financiero (y sus productos de panadería hechos en casa también).
Por supuesto, se necesita dinero para invertir en este negocio. Si mi esposo y/o mis amigos tienen intéres en este proyecto, tendremos inversiones para comenzar. Tal vez, un café puede donar algunas de las ganacias a otros proyectos relacionados como la iglesia bilingüe en Renton que se llama Our Lady of Guadalupe Episcopal e El Fundo de San Marcos en Nicaragua. Con esta idea, una jefa talentosa, voluntarios dedicados, alimento delicioso y música divertida e inversionistas, un café podría tener éxíto. ¡Ojalá!
SPAN 201 – Composición 3, 9/7/2018